Hace poco te presentamos el Autoblow AI de VIECI (Very Intelligent Ecommerce, Inc.), un simulador de sexo oral para personas con pene que actualmente está en fase de crowdfunding y que espera salir al mercado a principios del 2019.
A raíz de ese lanzamiento, nos pusimos al día con Brian Sloan, fundador de VIECI y Autoblow, para saber más sobre la tecnología que hay detrás de los titulares, una que se aparta de la tendencia de trabajar con contenido interactivo para adultos en 2D y VR.
¿Dónde está la IA?
VIECI utilizó el aprendizaje automático y el análisis de big data en el desarrollo de la IA de Autoblow, afirmando ser la primera empresa que utiliza estas tecnologías para crear productos sexuales. El proceso fue tan profundo que VIECI acabó publicando un artículo sobre el mismo, acertadamente titulado Blowjob Paper.
El personal observó y analizó más de 108 horas de vídeos pornográficos con sexo oral. Con el material normalizado a 16 fotogramas por segundo, el conjunto de datos final contenía la enorme cantidad de 6.270.467 fotogramas normalizados divididos en 1060 clips.
A continuación, los desarrolladores crearon una interfaz de usuario personalizada para registrar manualmente la posición exacta de la boca a lo largo del tronco de un pene en cualquier momento mientras veían las secuencias de vídeo.
«Nuestra máquina es el primer dispositivo sexual de la historia que utiliza el aprendizaje automático para entender los movimientos de la mamada humana y replicarlos», explica Sloan a Tekenn. «No nos limitamos a decirle a un programador: “crea algunas acciones”. Aprendimos cuáles son las acciones de las mamadas humanas y luego recreamos esas acciones humanas. Eso marca la diferencia, tanto en las sensaciones físicas que experimentan los usuarios como en la mente de los hombres mientras utilizan el producto.»
Los diez modos de Autoblow AI, o ajustes del usuario, consisten en una serie de movimientos: movimientos ascendentes y descendentes del mecanismo de acariciamiento del pene, pendiente de patente, a distintas velocidades, impulsados por un motor incorporado.
Estos movimientos y modos se desarrollaron a partir de la evaluación de todas esas horas de material pornográfico. Al dividir cada vídeo en ventanas de un segundo, tomar la secuencia de posiciones de cada ventana para obtener un conjunto de vectores de 16 dimensiones y pasar los datos por el algoritmo de categorización K-Means, los desarrolladores pudieron encontrar dieciséis «grupos» que representan las técnicas de sexo oral más comunes.
Puesta en práctica de los datos
Utilizando estos grupos como base, el equipo del VIECI creó un modelo para agrupar estos dieciséis movimientos en secuencias. Basándose en una cadena de Markov, un sistema utilizado para determinar la probabilidad de pasar de un estado a otro (así, por ejemplo, la probabilidad de que al Movimiento 1 le siga el Movimiento 1, o el Movimiento 2, o el Movimiento 3 y así sucesivamente), este modelo generó secuencias de movimientos que representan la forma en que una pareja humana puede practicar el sexo oral.
A continuación, se amplió con un sistema de red neuronal densa (DNN) más sofisticado, que amplió los resultados del modelo de Markov y creó secuencias basadas tanto en los últimos dieciséis estados como en la probabilidad de los dieciséis posibles estados siguientes.
En última instancia, esta investigación en profundidad y el análisis de datos crearon las secuencias de movimientos que ahora forman los diez modos de la IA Autoblow, todo ello con el objetivo de «[ayudar] a disfrutar de las mamadas como se hacen en la vida real».
«Un ejemplo», dice Sloan sobre la forma en que este modelado de la IA ayudó a construir el producto, «es nuestro uso de las pausas en las diferentes experiencias ofrecidas. Aprendimos que hacer una pausa durante una mamada es importante y ayuda a construir un orgasmo mayor y mejor. Por eso, varios de los modos de nuestra máquina hacen una pausa durante la acción».
Uno de los modos también cuenta con una «experiencia especial de IA mejorada», que ofrece una estimulación diferente cada vez, y cambia constantemente de técnica hasta que el usuario alcanza el clímax o lo apaga. «Esto recrea la imprevisibilidad de las mamadas reales», explica Sloan.
Autoblow AI es también el primer producto de su clase que cuenta con una función de «borde». El «edging», para los que no lo sepan, es la técnica que consiste en llegar al borde del orgasmo y luego detener toda la estimulación antes del clímax. Se utiliza a menudo como parte de los juegos BDSM, y también puede utilizarse durante la masturbación para conseguir un orgasmo final más fuerte.
En la IA de Autoblow, el usuario sólo tiene que pulsar el botón de «control del clímax» cuando llega al límite y, cuando está listo para continuar, la IA recuerda qué configuración y velocidad se utilizó por última vez. «Sin este botón», dice Sloan, «el usuario tendría que apagar la máquina [para llegar al límite] y luego, cuando la volviera a encender, estaría en el modo 1 de velocidad, lo que arruinaría su impulso por completo».
A diferencia de los juguetes manuales para frotar el pene, el Autoblow funciona «tirando de una manga hacia arriba y hacia abajo en lugar de mover una copa», nos dijo Sloan. El usuario introduce su pene en la manga, y la pinza de plástico accionada por un motor mueve la manga hacia arriba y hacia abajo sobre el pene. «Esto nos permitió crear un producto relativamente pequeño que reproduce la sensación de una mano y una boca deslizándose hacia arriba y hacia abajo sobre el pene», explicó Sloan.
La mayoría de los juguetes sexuales masculinos, incluido el Autoblow 2, sólo funcionan acariciando todo el pene hacia arriba y hacia abajo. El Autoblow AI, sin embargo, alberga dos sensores magnéticos y un sensor de haz infrarrojo, que detectan la ubicación de la pinza y la mueven a cualquiera de los 250 puntos diferentes, ofreciendo un control fino del movimiento.
«Observamos un haz de infrarrojos para ver si se interrumpe y cuántas veces se interrumpe para saber cuánto se mueve la pinza del pene hacia arriba y hacia abajo», explica Sloan. El haz de infrarrojos brilla a través de una pequeña rueda con 45 agujeros, y el chip del microordenador de a bordo cuenta el número de rotaciones y en qué dirección gira la rueda para determinar la ubicación de la pinza.
«Incluso con el sensor, sigue siendo muy complicado cambiar la dirección del motor con la rapidez que lo hacemos debido al impulso», añade Sloan. «No fue trivial programarlo para que no golpeara la parte superior o inferior, teniendo en cuenta las diferentes velocidades y modos, dado que cada uno produce una cantidad diferente de impulso durante la acción de acarreo. Hemos probado otros tipos de sensores, pero éste ha resultado ser el más fiable. La tecnología de este tipo de sensores está muy desarrollada para diversos usos industriales».
¡El silencio en el Autoblow!
La Autoblow AI también es más silenciosa que los modelos anteriores gracias a un cambio de tecnología en la pinza. «Todo se reduce a la forma en que convertimos la energía en movimiento», nos dijo Sloan. «En el caso del Autoblow AI, hemos incorporado un tornillo de cabeza directamente en un motor para mover la pinza del pene hacia arriba y hacia abajo. Simplemente hay menos fricción en comparación con la forma en que el motor de Autoblow 2 movía la pinza. También hay menos presión en las vigas de soporte que guían la pinza, por lo que se reduce el ruido emitido por el plástico sobre el metal o el metal sobre el metal. Menos fricción de piezas sobre otras piezas significa menos ruido».
Inusualmente para un juguete sexual masculino, el Autoblow AI se alimenta de la red eléctrica. Sloan explicó el motivo: utiliza un adaptador de 12v 5a AC/DC, que le proporciona 60 vatios de potencia. La potencia del motor y su nivel de par -la fuerza que produce la rotación- es relevante, ya que el funcionamiento de este producto requiere cambiar rápidamente la dirección del motor, lo que consume una cantidad importante de energía.
«Como necesitamos utilizar 60 vatios», explica Sloan, «el tamaño de esa batería sería un problema de tamaño importante en general para este producto. No hay espacio dentro del producto, tal como está diseñado actualmente, para contener una batería grande y pesada. Y una batería más pequeña no permitiría sesiones de uso más largas debido a la limitación de energía. Además, una batería de ese tamaño excluiría el producto del mercado general, convirtiéndolo en un artículo especializado que pocos comprarían y que las tiendas no almacenarían».
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