Aunque el metaverso sigue siendo en gran medida un concepto, esto no ha impedido que los medios de comunicación afirmen que ya está plagado de delitos sexuales. Recientemente, una mujer británica de 43 años denunció haber sido «manoseada» o algo peor a los pocos minutos de entrar en Horizon Workrooms, un espacio en VR que aún está en fase beta, pero que muchos ven como el intento embrionario de Meta para construir su tan publicitado metaverso. Inicialmente, los medios de comunicación informaron de que la mujer había sido manoseada por tres avatares risueños con voz masculina. A medida que avanzaba la semana, también lo hizo la descripción de la supuesta agresión virtual, a la que ahora se refiere como una pandilla. Meta (antes Facebook), que ya está en el punto de mira por ignorar los problemas de seguridad y privacidad en sus plataformas de Facebook e Instagram, se apresuró a responder introduciendo «barreras personales» obligatorias para sus avatares, lo que significa que es imposible que los «toquen».
Meta está añadiendo un sistema de «límites personales» a sus experiencias de realidad virtual Horizon, con el objetivo de frenar el acoso en la realidad virtual. La nueva función está activada por defecto en la plataforma de creación Horizon Worlds y en el servicio de eventos en directo Horizon Venues. Crea una barrera virtual invisible alrededor de los avatares, impidiendo que otras personas se acerquen demasiado, aunque aparentemente se puede seguir estirando el brazo para chocar el puño o chocar los cinco.
El sistema de límites se basa en una función existente que podía hacer desaparecer las manos de los usuarios si se acercaban demasiado a otro avatar. Tal y como lo describe Meta, da a todo el mundo un radio de dos pies de espacio personal virtual, creando el equivalente a cuatro pies virtuales entre avatares. La portavoz de Meta, Kristina Milian, confirmó que los usuarios no pueden optar por desactivar sus límites personales, ya que el sistema pretende establecer normas estándar sobre la forma en que las personas interactúan en la VR. Sin embargo, futuros cambios podrían permitir a los usuarios personalizar el tamaño del radio.
No cabe duda de que los mundos de la realidad virtual, cada vez más realistas y populares, van a necesitar una regulación en algún momento, ya que empiezan a difuminar la actual distinción manifiesta entre el mundo real y el virtual. Por supuesto, la presunta víctima de esta experiencia, sin duda molesta, no fue tocada físicamente (no llevaba un «traje háptico») y, por supuesto, a diferencia del mundo real, siempre existe la opción de desconectar o, mejor aún, de bloquear a las personas. Sin embargo, esto no ha impedido que los expertos en leyes ya pidan que la «agresión sexual virtual» se convierta en un delito en el «Metaverso». De hecho, una ley de este tipo podría estar incluida en un próximo proyecto de ley en el parlamento del Reino Unido que espera «actualizar la legislación» para cubrir las nuevas tecnologías sexuales, como el deepfake porn, o una enmienda a las leyes existentes, como se hizo recientemente para convertir el «upskirting» en un delito.
La experiencia de la Sra. Patel aumentará los temores de que el metaverso, que los expertos predicen que podría tener un valor de hasta 500.000 millones de libras esterlinas al año en el 2024, se convierta en una guarida para los agresores sexuales y los pedófilos.
Un abogado de alto nivel dijo que el ataque no era un delito, pero sugirió que los ministros podrían tener que considerar cómo proteger a los que entran en el metaverso. Nick Brett, del bufete de abogados londinense Brett Wilson, dijo: «Cuando una mujer ha sido agredida sexualmente de forma virtual, esto debería ser ilegal, pero no lo es actualmente».
Dijo que la Ley de Delitos Sexuales de 2003 podría tener que ser modificada para perseguir a las personas que se esconden detrás de los avatares, y añadió: Ya se han introducido enmiendas -la más reciente sobre el «up-skirting»-, así que no hay razón para que no se pueda hacer».
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