Las investigaciones muestran que los hombres están más abiertos al uso de robots sexuales que las mujeres. Matthias Scheutz y Thomas Arnold, de la Universidad de Tufts en Estados Unidos, llevaron a cabo un estudio explorando las capacidades esperadas, los posibles usos y las formas físicas de los robots sexuales percibidos como apropiados. Se eligió una muestra de 57 hombres y 43 mujeres para participar en el estudio a través de una encuesta en línea de Amazon Mechanical Turk.
A medida que empresas como Abyss Creations han comenzado a desarrollar robots sexuales, dicha investigación se está volviendo cada vez más relevante. Los amantes artificiales no seguirán regulados por la ciencia ficción, sino que probablemente llegarán al mercado comercial en las próximas décadas.
Usos potenciales de los robots sexuales
El estudio de Scheutz y Arnold utilizó la escala Likert, una escala de uno (inapropiado) a siete (apropiado), para medir las opiniones de los participantes sobre los robots sexuales.
Se preguntó a los participantes qué considerarían usos apropiados para los robots sexuales. Algunos de los índices de aprobación más altos de los participantes masculinos incluyen el uso de robots sexuales en lugar de prostitutas, el uso de robots sexuales para personas discapacitadas y el uso de robots sexuales para reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual.
Si bien las mujeres participantes también estuvieron de acuerdo con estos usos, sus índices de aprobación fueron ligeramente más bajos. Los índices de aprobación femenina más altos para el uso apropiado de robots sexuales también incluyeron el uso de robots sexuales en lugar de prostitutas y el uso de robots sexuales para personas discapacitadas. El otro índice de aprobación más alto para las mujeres incluyó el uso de robots sexuales para personas en entornos aislados, como expediciones espaciales o estaciones de investigación en el Ártico.
Los índices de aprobación más bajos, tanto de hombres como de mujeres, fueron hacia el uso de robots sexuales para agresores sexuales (como otra forma de satisfacer sus impulsos sexuales), el uso de robots sexuales para mantener una relación (donde las parejas tienen diferentes apetitos o preferencias sexuales) y el uso de robots sexuales. practicar la abstinencia. En general, las mujeres encontraron estos usos de los robots sexuales menos apropiados que los hombres.
¿Cómo deberían ser los robots sexuales?
Scheutz y Arnold sostienen que debido a que «los requisitos de inteligencia artificial de los robots sexuales podrían ser mucho menores que los de otros robots sociales… el ritmo de difusión de estos robots sólo se acelerará». Por lo tanto, a medida que se acelera la producción potencial de robótica sexual, es importante discutir las formas que los robots sexuales podrían adoptar.
Según el estudio, tanto hombres como mujeres rechazaron firmemente la idea de que un robot sexual tomara la forma de un niño humano. El estudio también preguntó a los participantes sobre sus opiniones sobre los robots sexuales creados con la forma de un ser humano adulto, un animal, una criatura de fantasía, cónyuges fallecidos y amigos.
Los humanos adultos tuvieron el índice de aprobación más alto entre hombres y mujeres. Tanto los hombres como las mujeres consideraron que los robots sexuales con forma de animales no eran apropiados. Las criaturas fantásticas recibieron un mayor índice de aprobación por parte de los hombres que de las mujeres. Los hombres consideran apropiados a los cónyuges fallecidos y las mujeres, en menor medida. De manera similar, los hombres encontraron que los robots sexuales que adoptaban la forma de amigos actuales eran más apropiados que las mujeres.
Diferencias entre el sexo humano y el robótico
A los participantes también se les hicieron preguntas sobre cómo sería tener relaciones sexuales con un robot sexual.
Cuando se les preguntó si alguien podría perder la virginidad con un robot sexual, tanto hombres como mujeres respondieron en su mayoría negativamente. Tanto hombres como mujeres también coincidieron en que las relaciones sexuales con un robot sexual se parecen más a la masturbación o al uso de un vibrador que al sexo real.
Resultados con diferencias significativas de género
Los autores del estudio señalan que «ninguna “visión” simple sobre el sexo con robots o la esencia del sexo con robots explica por qué las mujeres encuentran los robots menos apropiados en términos generales».
Sin embargo, sí discuten cómo “los diferentes juicios sobre lo apropiado surgen de las fuerzas del mercado y de los medios de comunicación que privilegian a los hombres heterosexuales como clientes y usuarios, lo que podría servir de telón de fondo para cómo se imaginan y anticipan los robots sexuales”.
Como este fue el primer estudio empírico sobre las actitudes de las personas hacia los robots sexuales, ambos autores coinciden en que se deben realizar más estudios sobre el tema de la interacción entre humanos y robots y, específicamente, sobre los robots sexuales. Dijeron que «este estudio es un paso hacia un viaje mucho más largo de investigación y discusión sobre dónde el sexo y la robótica deberían satisfacer mejor las necesidades humanas».
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