La realidad virtual puede suponer el mayor reto para la industria del porno. En estos momentos, la tecnología se encuentra en la fase de prueba más pública posible; todo tipo de personas -desarrolladores de juegos, cineastas, la chusma de marketing habitual- están tratando de averiguar exactamente cómo encontrar oro dentro del espacio virtual.
La VR dominó la conversación en el SXSW, el CES e incluso en Sundance, pero la mayor parte de lo que se expuso se limitó a llamativas demostraciones. Todavía no hay una aplicación de VR que sea la mejor.
Y tampoco hay suficientes personas que puedan aprovechar realmente las películas y los juegos en realidad virtual que existen. Dos de las tres gafas de VR más potentes de la industria, el Oculus Rift y el HTC Vive, están actualmente a la venta, pero los pedidos anticipados llevan meses de retraso. Oculus también ha creado, junto con Samsung, el Gear VR, que funciona con teléfonos móviles, pero su potencia es limitada en comparación con su primo mayor.
Lo que hace que el porno en realidad virtual sea tan atractivo es la sensación potencial de estar en una película. Los creadores de la realidad virtual utilizan el término «presencia» para hacer creer a tu cerebro que estás dentro de la experiencia. Si se hace bien, la RV puede ofrecer al entretenimiento para adultos un nivel extra de realismo. Con ella, no sólo verás tu fantasía en un monitor, ¡estarás dentro de ella!
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