Según un estudio, es más probable que las personas que padecen ansiedad o depresión utilicen las nuevas tecnologías sexuales digitales, denominadas «sextech».
Los expertos del Instituto Kinsey afirman que las personas con problemas de salud mental pueden utilizar las tecnologías sexuales para aliviar temporalmente su malestar psicológico.
Algunos ejemplos de sextech son los sitios de cámaras web eróticas, el porno de realidad virtual o incluso la simple capacidad de compartir imágenes o vídeos sexualmente explícitos.
La psicóloga social Amanda Gesselman, del Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, afirmó que es un error común pensar que las personas sólo recurren a Internet para establecer relaciones románticas o sexuales si son incapaces de mantener relaciones cara a cara.
Nuestros resultados demuestran lo contrario, ya que sugieren que los espacios sexuales en línea no funcionan como «último recurso» para las personas que no han podido establecer relaciones sexuales en la vida real», explicó.
En cambio, es probable que muchos usuarios de estos espacios tengan apoyo social y redes sociales adecuadas, pero están recurriendo a las tecnologías sexuales en línea para obtener un impulso único en su mentalidad psicológica».
En su estudio, el Dr. Gesselman y sus colegas encuestaron a 8.004 adultos estadounidenses sobre su salud mental, sus comportamientos sexuales en línea y su compromiso con nuevas formas de tecnología relacionada con el sexo.
En general, el 79% de los hombres y el 51% de las mujeres que participaron en el estudio declararon haber utilizado alguna forma de tecnología sexual, y el uso fue más común entre los participantes homosexuales y bisexuales (83%, en comparación con el 61% de los heterosexuales).
El equipo descubrió que los participantes que declaraban tener mayores niveles de ansiedad o depresión tendían a utilizar más la tecnología sexual.
Aunque esta tendencia se mantuvo en los hombres de todas las orientaciones sexuales, el equipo observó que la depresión no se asoció de forma significativa con el uso de sextech en las mujeres bisexuales y lesbianas, mientras que la ansiedad no se vinculó con el uso de sextech entre las mujeres heterosexuales.
Por el contrario, los investigadores descubrieron que las personas que se sentían solas eran menos propensas, y no más, a utilizar tecnología sexual.
A medida que aumenta la necesidad mundial de recursos e intervenciones innovadoras en materia de salud mental, las tecnologías sexuales emergentes pueden proporcionar alivio a las personas con problemas de salud mental», afirmó la autora del artículo y experta en estudios de género Alexandra Marcotte.
Esta investigación ofrece una vía importante para ampliar el alcance de las intervenciones en materia de salud mental, sobre todo porque la tecnología es cada vez más frecuente y accesible en la vida cotidiana».
Los resultados completos del estudio se han publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.
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