Tesla presentó el 13 de octubre un prototipo de su primer vehículo totalmente autónomo en un evento denominado “Nosotros, robots”. El CEO de Tesla, Elon Musk, ha estado insinuando durante años que el vehículo, Cybercab, revolucionaría el transporte personal. Los asistentes al evento se llevaron una sorpresa en forma de “Robovan” de Tesla, un vehículo híbrido de transporte público y de carga.
Cybercab y Robovan: en movimiento
El Robovan de Tesla, que se parece más a una locomotora de tren art déco que a un vehículo de transporte público de personas por carretera, supuestamente puede transportar hasta 20 personas o usarse como transportador de carga. Robovan está destinado a operar en Tesla Network, el servicio de transporte autónomo de la compañía que también admitirá vehículos Tesla de propiedad individual.
La presentación de Tesla de sus últimas innovaciones en vehículos autónomos captó la atención del público y de los organismos reguladores. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos está evaluando 2,4 millones de vehículos Tesla tras los accidentes que se produjeron mientras se utilizaba el software de «conducción autónoma total» de Tesla.
Aunque pueden ser los más visibles, los vehículos de carretera no son las únicas innovaciones de Tesla que se basan en esta tecnología de funcionamiento autónomo. En el evento «We, Robot», Tesla también desplegó sus robots Optimus, que se encargaron de servir refrescos e interactuar con los asistentes. Aunque Optimus apunta a uno de los objetivos de desarrollo más emocionantes de Tesla, la recepción de estos robots humanoides fue, bueno, menos que brillante.
Optimus: ¿de mala calidad?
Servir bebidas, bromear con los invitados, usar sombreros de vaquero… Las tareas asignadas a los robots Optimus de Tesla no fueron las más exigentes, pero fueron recibidas con entusiasmo por los asistentes, que sin duda se alegraron de que les sirvieran sus cócteles algo parecido a un droide de Star Wars. Sin embargo, las unidades Optimus no eran completamente autónomas y parecían estar bajo el control de operadores remotos que, como mínimo, hablaban por y a través de los «robots».
¿Humo y espejos o el atisbo más emocionante de nuestro futuro robótico hasta ahora? De cualquier manera, Optimus es un buen augurio para quienes buscan explorar su sexualidad más allá de la pornografía en realidad virtual y aumentada. Si bien dejar que un robot se apodere de su erección puede requerir un acto de fe del que muchos de nosotros seremos incapaces, otros ya están avanzando en esa dirección con RealDolls y dispositivos de masturbación teledildónicos.
Los sistemas de hardware guiados por IA prometen nuevas fronteras de interacción entre humanos, tanto entre sí a través de intermediarios como con personas virtuales, robots, realidad virtual o de otro tipo. El compromiso de Tesla con la creación de robots humanoides autónomos puede no conducirlo directamente a una mayor satisfacción sexual, pero ciertamente está impulsando la tecnología hacia esa eventualidad.
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