Uno de los muchos elementos de éxito de la película Avatar fue la idea de que un marine lisiado y en silla de ruedas pudiera vivir otra vida en un cuerpo «avatar» completamente alienígena, de hecho, un cuerpo más atlético y poderoso que el de cualquier humano sin discapacidad. En la película, esto se consigue controlando su cuerpo avatar a través de las señales cerebrales de su cuerpo original discapacitado. ¿Podría esta tecnología hacerse realidad algún día y dar lugar a las últimas formas de sexo virtual?
Hoy ha aparecido un artículo en la CNN en el que sólo se plantea la primera pregunta, aunque estoy seguro de que muchos de sus lectores masculinos, al menos, se han planteado la segunda. Según el artículo, la visión de Avatar es previsora, si no descabellada. Un profesor de neurología afirma que «los mayores retos serán la emoción y el pensamiento: cómo hacer que otro organismo piense lo que tú piensas y sienta lo que tú sientes». Otro señala que apenas comprendemos cómo se forma la conciencia en nuestros propios cuerpos, y mucho menos cómo inducirla en otros.
Estos argumentos, aunque válidos (y no estoy en absoluto científicamente cualificado para rebatirlos) me parece que no van al grano. Nadie está hablando de proyectar la propia conciencia en otro cuerpo. Al «propietario» del avatar le parecerá que está realmente en ese cuerpo sustituto, pero se trata, al menos en cierto sentido, de una ilusión creada por el hecho de que sus entradas y salidas sensoriales han sido conectadas a su nuevo cuerpo. Si se destruye el avatar, el propietario sale ileso, pero si se mata SU cerebro, el avatar podría no tener conciencia.
No me parece que haya ninguna objeción filosófica a la posibilidad de cuerpos avatares. De hecho, tales cosas parecen ser una progresión futura inevitable de la telepresencia y la tecnología háptica que ya se está desarrollando hoy en día (algunas de las cuales se describen en el artículo de la CNN). Con el tiempo, tendremos relaciones sexuales entre nosotros utilizando cuerpos de «avatar» sustitutos.
Otro aspecto interesante de Avatar en relación con el sexo virtual es la forma en que «crecen» los avatares. En otras palabras, los avatares son cuerpos orgánicos reales que han sido clonados o producidos utilizando tecnología de células madre.
El uso de la tecnología de células madre para el sexo virtual es algo que me interesa desde hace tiempo. El uso común de dicha tecnología para clonar o generar nuevos órganos parece estar a la vuelta de la esquina. ¿Cuánto tiempo pasará, me pregunto, antes de que las partes íntimas altamente realistas, así como la piel, el pelo y los ojos, de las muñecas sexuales de gama alta sean los clones orgánicos reales de famosas estrellas del porno? Follarse la vagina Fleshlight de Lupe Fuentes tendría un significado totalmente nuevo si fuera el clon físico real de su coño, en lugar de un simple modelo. A pesar de «Roxxy», es muy probable que los primeros «robots» sexuales con inteligencia artificial estén compuestos en gran parte de metal orgánico.
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