La realidad virtual (VR) ha tenido impacto en todos los ámbitos de la vida. Después de las primeras gafas lanzadas en 1962, no fue hasta el 2012 que aparecieron las primeras gafas reales con un rendimiento notable. A partir de entonces, una serie de otros dispositivos de realidad virtual abrumarán el mercado. Entre estos últimos destaca el dispositivo HTC Vive. En la gama de cascos de realidad virtual, es uno de los mejores y ocupa el primer lugar por delante de Oculus Rift. ¿Cuáles son entonces estas particularidades, sus fortalezas y debilidades? Esto es lo que descubriremos con este artículo.
HTC Vive: la solución para experiencias en el universo VR
Entre toda la gama de gafas de realidad visual, el HTC Vive tiene varias ventajas. Es más avanzado que Oculus Rift y actualmente es el mejor modelo de la gafa de realidad virtual. De hecho, el dispositivo cumple con las expectativas del usuario. Empecemos por una de las principales características de una gafa de realidad virtual: la inmersión. Las gafas HTC Vive VR garantizan una inmersión total del cuerpo cuando estás sentado. Y al estar equipado con dos controladores de reconocimiento de movimiento que permiten una perfecta movilidad.
El HTC Vive, desde un punto de vista técnico, no se diferencia de otras gafas. Así, cuenta con dos pantallas Oled, una por ojo. Cada pantalla muestra 1080 x 1200 píxeles para un campo de visión de 110° y su frecuencia de actualización es de 90 Hz. Al igual que las gafas Oculus Rift, se puede utilizar con una PC a través de un puerto USB.
Cabe señalar que HTC Vive funciona eficazmente con una PC de alto rendimiento. De hecho, HTC recomienda utilizar una PC equipada con una tarjeta gráfica GeForce GTX o al menos AMD 290 y equipada con un Intel Core i5-4590 o AMD FX 8350 y al menos 8 GB de RAM. Pero también podemos utilizar la generación 1070 de Nvidia cuyas características: tarjeta gráfica GeForce GTX 980 Ti, CPU Intel Core i7-6700 y 16 GB de RAM, se corresponden mejor con los requisitos solicitados.
Las gafas HTC Vive se destacan de otros auriculares de realidad virtual por la presencia de dos transmisores «faro». Estos dos transmisores se colocarán a cada lado de la sala de juego. Hay que tener en cuenta que la sala donde se desarrolle el juego debe tener una superficie entre 3m2 y 20 m2. Además, los dos transmisores permiten reconocer las gafas gracias al láser y a los infrarrojos con los que están equipados. Los auriculares también van acompañados de dos controladores inalámbricos que servirán de manos al usuario en un universo virtual.
Los puntos débiles de las gafas HTC Vive
Tenga en cuenta que HTC Vive no ofrece una solución de audio integrada como su predecesor Oculus Rift. Por otro lado, dispone de una toma hembra ofreciendo así la posibilidad de conectar unas gafas. Dicho enchufe está situado encima del dispositivo y por tanto requiere cables adicionales lo que evidentemente incomoda a su usuario. A esto se suma el sistema de fijación en la cabeza que también presenta cierta torpeza. Porque las tiras de velcro laterales no quedan rectas en la cabeza. Asimismo, el acceso al velcro es complicado, porque primero hay que pasar las manos por debajo de los cables.
¿Qué pasa con la calidad de la imagen?
Aunque la definición de las dos mejores gafas es la misma, no lo es en cuanto a la calidad de las imágenes producidas. En realidad, la definición de 1080 x 1200 píxeles da una idea de la calidad de las imágenes que se visualizarán. Esto se confirmó con el visor Oculus Rift, las imágenes producidas carecen de claridad. Milagrosamente, HTC Vive presenta imágenes suaves y nítidas. Un resultado que sorprende y cuya explicación aún está por demostrar.
Siguiendo con el aspecto de la colorimetría y el contraste, HTC Vive no decepciona a sus usuarios. Porque las imágenes mostradas por la sonda son aceptables, si no buenas. En cuanto al contraste, los colores combinan bien. Esto permite una clara distinción entre fondos blancos y negros. Además, la relación de contraste es casi infinita gracias al uso de paneles Oled.
Ahora veamos cómo instalar las gafas. A primera vista, instalar las gafas parece complicado debido a todo el contenido. Pero ese no es la gafa. Así, gracias al Steam VR contenido en la caja, la configuración se realiza automáticamente y la instalación resulta sencilla.
Una gafa VR con acabados perfectos para una comodidad inigualable
Después del lanzamiento de Oculus Rift a través de Kickstarter, es el turno de Valve en asociación con HTC de responder con una obra maestra consumada. De hecho, las gafas HTC Vive en su conjunto son un éxito. Su insuficiencia aparentemente reside en la gafa. Pesa 600 g en comparación con Oculus Rift, que pesa sólo 500 g. Esto es 100 g más que su predecesor. Además, el peso de las gafas HTC Vive se siente más en la parte frontal, lo que demuestra que su peso no está distribuido equitativamente en general como a los usuarios les hubiera gustado.
El casco está fabricado de plástico negro que, sin embargo, es liso y brillante. Su acabado es perfecto y no deja nada que desear. La disposición del material plástico está realizada con delicadeza para resaltar la delicadeza y la estética. Para ello no hay tornillos situados en la parte exterior de las gafas.
En cuanto a los controladores, no hay prácticamente nada de qué quejarse. Aunque no son tan livianos, fácilmente representan una extensión de los brazos del usuario. Aparte del botón del lado izquierdo al que no es fácilmente accesible, el resto se adapta perfectamente al jugador, permitiéndole una amplia posibilidad de manipulación.
Respecto a su autonomía, es de 4 horas y para recargarlos basta con conectarlos mediante un puerto micro-USB. En cuanto a la temperatura, ésta sube después de usarlo durante 1 hora 30 minutos, un periodo de tiempo considerable.
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