El video de ia presenta posibilidades y plantea preguntas

Después de que Dall-E2, Stable Diffusion y Mid journey tomaran por asalto Internet al ofrecer notables imágenes fijas generadas por una IA alimentada con indicaciones de texto, muchos se preguntaron a qué velocidad evolucionaría esta tecnología. Las cuestiones de ética artística, propiedad y noción de trabajo alimentaron el revuelo en torno a los generadores de texto a imagen. Ahora, el movimiento ha entrado en juego por cortesía de un puñado de potentes generadores de vídeo de IA, lo que plantea aún más preguntas sobre esta tecnología a menudo sorprendente.

El fenómeno de Phenaki

Phenaki, de Google, ya ha causado sensación con sus creaciones de IA de texto a vídeo. En particular, Phenaki ha ido más allá de lo que muchos esperaban y ha demostrado ser capaz de producir vídeos que duran no sólo segundos, sino minutos. Desde un estilo casi fotorrealista hasta un estilo de dibujos animados, Phenaki ofreció secuencias sorprendentemente largas que se adaptaban a las indicaciones de texto del usuario.

Para no quedarse atrás, Meta también ha lanzado su creador de vídeos generativos al debate público. Puede que Make-A-Video no tenga un nombre especialmente imaginativo, pero sus capacidades permiten realizar trabajos creativos con la ayuda de un sólido conjunto de datos y un modelo de aprendizaje. Con la afirmación de que Make-A-Video permite a los usuarios «dar vida a su imaginación generando vídeos caprichosos y únicos con sólo unas pocas palabras o líneas de texto», Meta se centra claramente en el contenido desenfadado. Sin embargo, hay cuestiones más serias que surgen del desarrollo de imágenes generativas.

Privacidad, identidad y autoría

¿Quién es el responsable de las imágenes producidas por los generadores de IA? Con el arte de la IA ganando premios en las ferias de arte y llevando a algunos a cuestionar su validez como creaciones artísticas humanas, y con los «deepfakes» todavía bastante frescos en la memoria cultural, el vídeo generativo puede tener dificultades para ser aceptado de forma generalizada en todos los campos de los medios de comunicación.

¿Qué alimentó el conjunto de datos que condujo a la creación de las imágenes? ¿Tienen los famosos derecho a limitar el uso de su imagen y excluirse de los contenidos generados por la IA? ¿Existen argumentos para una producción más ética de contenidos sexualmente explícitos protagonizados por intérpretes generados por la IA? No hay respuestas fáciles y, al parecer, la única forma de averiguarlo es observando la evolución de la tecnología y viendo si surgen complicaciones (como en el caso del concurso de la Feria Estatal de Colorado).

No te pierdas nuestro increíble comparativo de los mejores sitios de porno en realidad virtual

error: Content is protected !!
Salir de la versión móvil