El porno en realidad virtual se comercializa ampliamente como una experiencia mucho más satisfactoria, íntima y, por supuesto, «real» que ver porno normal en 2D. Un estudio encargado por el sitio líder BadoinkVR en 2018, sí encontró que la estimulación del porno de VR no solo fue sentida como más positiva por el espectador que en 2D, sino que también requirió más interacción y “trabajo” por parte del consumidor. En otras palabras, el porno en realidad virtual es algo muy diferente, mucho más atractivo, y probablemente más saludable, que hojear sin sentido los vídeos de tubos de porno en 2D en busca de las mejores partes.
Ahora, un segundo estudio, publicado el domingo en la revista Journal Of Sex Research, ha confirmado resultados similares. Este estudio, llevado a cabo por investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (el hospital universitario de la Universidad de Hamburgo), contó con la participación de 50 personas y con la medición objetiva de los niveles cambiantes del neuropéptido oxitocina (a menudo descrito como «la hormona del amor») en su saliva, en respuesta a la experiencia del porno en realidad virtual. Se trata, por tanto, del estudio más amplio y científico realizado hasta la fecha para analizar si la visualización de porno en realidad virtual es diferente a la del porno estándar, y cómo lo es.
El uso de la pornografía de realidad virtual (VR) ha aumentado en los últimos años. Las pruebas anecdóticas sugieren que el fuerte aumento puede estar impulsado por una diferencia esencial con respecto a la pornografía tradicional, a saber, la fuerte sensación de intimidad y la ilusión de interacción con los actores porno. El presente estudio es el primero que aborda sistemáticamente este tema en un diseño experimental. Cincuenta participantes masculinos sanos vieron dos películas pornográficas en días consecutivos en el laboratorio, aleatoriamente una en realidad virtual y otra tradicional en dos dimensiones (2D). La percepción de la pornografía en 2D y de VR se evaluó mediante varias medidas de autoinforme. Además, se estudió el papel del neuropéptido social oxitocina para facilitar la intimidad y la interacción. En la condición de VR, los participantes se sintieron más deseados, más coqueteados y más mirados a los ojos. También era más probable que se sintieran conectados con los actores y que sintieran el impulso de interactuar con ellos. Curiosamente, los niveles de oxitocina en la saliva estaban relacionados con el contacto visual percibido con las personas virtuales, lo que indica un papel del neuropéptido social en la percepción de una mayor intimidad e interacción en la VR. Así pues, la pornografía en realidad virtual parece ser una poderosa herramienta para provocar la ilusión de experiencias sexuales íntimas.
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