Como dice el viejo refrán: la única constante es el cambio, y en los últimos años ciertamente se ha visto mucho de ello. De hecho, son tantos los cambios que es difícil pensar en algún aspecto de la sociedad humana que no se haya visto afectado por la innovación tecnológica durante la última década.
Los libros se convirtieron en libros electrónicos, Internet pasó de ser una novedad a ser algo esencial, los vehículos eléctricos e híbridos se han vuelto omnipresentes, el matrimonio homosexual pasó de “no hables de eso” a “no es gran cosa” (al menos en algunos países) y las impresoras 3D desaparecieron. la etapa de prototipo para convertirse en electrodomésticos, solo para destacar algunos aspectos destacados.
Pero los mayores cambios están a la vuelta de la esquina. Muchas de estas innovaciones ocurrirán en una de nuestras áreas favoritas: el sexo.
La primera parte de nuestro recorrido en tres partes por los futuros desarrollos sexuales es esta especulación sobre la tecnología sensorial: cómo nuestro ver (y sentir) será más que creer. Estos increíbles avances sensoriales nos serán presentados a través de tres tecnologías innovadoras.
Innovación uno: realidad virtual
A pesar de algunos intentos iniciales torpes, la realidad virtual promete convertirse en un elemento de cambio social. Como muchas grandes innovaciones, la idea básica de la realidad virtual es esencialmente simple: un mundo artificial al que se accede mediante monitores en miniatura colocados sobre los ojos. Estos, junto con los sensores de movimiento, significan que cuando giras la cabeza, la vista a través de esos monitores también cambia.
El cambio de juego ocurre en dos frentes. La primera es que la realidad virtual promete un nivel de inmersión total que nunca habíamos experimentado. Con un visor de realidad virtual, como el popular Oculus Rift, te sentirás como si realmente estuvieras en cualquier mundo artificial que estés visitando. En este momento, lo único que nos falta para completar esta inmersión total es la tecnología táctil, pero eso está a la vuelta de la esquina.
El otro aspecto es parte de lo que impulsó la revolución de los libros electrónicos en el sector editorial: la privacidad. Con un equipo de realidad virtual, nadie sabrá dónde estás excepto tú.
Con la realidad virtual puedes visitar (o crear) cualquier mundo erótico que elijas en privacidad. Literalmente, no hay nada que no puedas ver ni hacer en una realidad sintética. A medida que la tecnología mejora cada vez más, pronto la línea entre la realidad «real» y una experiencia virtual se hará cada vez más delgada.
Mirando mi bola de cristal, aunque rota, no es demasiado difícil imaginar lo que ocurrirá dentro de unos años. Con la realidad virtual no sólo podremos ver películas, sino también ser parte de ellas. La interactividad significará que el entretenimiento, erótico o de otro tipo, será multidimensional y totalmente inmersivo.
Un vídeo de un joven que lleva un casco de realidad virtual muestra el entusiasmo que la gente ya está manifestando por las simulaciones sexuales en realidad virtual. Apenas se le puede separar de una manifestación y sólo podemos imaginar lo que está viendo desde su perspectiva.
Innovación dos: neuroestimulación directa
Con la realidad virtual y aumentada, podemos ver tanto el mundo de nuestros sueños como todo el mundo que nos rodea. Pero a pesar de todo su poder, a ambos todavía les falta una inmersión total y completa: pura estimulación sensorial. Incluso cuando la tecnología háptica sea lo suficientemente buena como para que podamos tocar y ser tocados desde la distancia, seguirá habiendo una barrera entre lo realista y lo vivo.
Aquí es donde entra en juego la neuroestimulación directa. Una vez más, la idea es simple: conectar las mentes humanas entre sí o a una computadora. Sí, la tecnología está en su infancia, pero ya estamos viendo grandes avances. Por primera vez, utilizando la neuroestimulación, los sordos pueden oír, los ciegos pueden ver y las personas pueden operar prótesis sin problemas.
Muy pronto tendremos la tecnología para literalmente introducir cables en nuestras mentes o accederemos a ellos a través de medios menos invasivos y repugnantes a través de sensores dérmicos.
En resumen, la neuroestimulación directa es la última tecnología sensorial. Con él podremos controlar cada parte de lo que vemos, oímos, sentimos, saboreamos y ¡con lo que sentimos placer!
Este futuro va a ser interesante. Por decirlo suavemente. Con la neuroestimulación directa, pronto podremos acceder a cada parte de la mente humana. A diferencia de la realidad virtual, estas construcciones serán tan buenas como las de la realidad real. Seremos capaces de acoplarnos no sólo con nuestros cuerpos sino con cada parte de nuestra conciencia.
Al igual que con la realidad aumentada, podremos tener percepciones mejoradas, además de algunos sentidos que a la gente le gustaría inventar.
En este futuro, podremos grabar lo que experimentamos y luego reproducirlo o editarlo para convertirlo en algo nuevo. Seremos capaces de ver, sentir y comprender cómo es realmente vivir la vida de otra persona. ¿Quieres intentar ser queer, heterosexual o asexual? ¿Quieres tener los recuerdos de alguien alguna vez?
Vayamos un poco más allá: ¿qué tal los títeres? Si tienes control total del cerebro humano, no hay razón por la que no puedas cambiar de opinión con otra persona. No importa editar y grabar, con este nivel de tecnología puedes intercambiar formas físicas con otras personas. Tómate unas vacaciones lejos de ti mismo, estando en el cuerpo de otra persona.
No temas al futuro
De acuerdo, algunos de estos desarrollos sensoriales y sexuales pueden, al principio, parecer un poco asombrosos, pero tengamos en cuenta cómo podría parecer nuestra vida presente y cotidiana para alguien de hace sólo unas décadas. El hecho es que la realidad virtual, la realidad aumentada y la neuroestimulación directa están llegando, y probablemente antes de lo que piensas.
Muy pronto veremos innovaciones increíbles en la forma en que vemos el mundo, o incluso crearemos realidades completamente artificiales para experimentar con sentidos completamente nuevos.
Una cosa es segura: al igual que ocurre con los libros electrónicos, los teléfonos inteligentes y tantas otras piezas de tecnología fantástica, serán componentes integrales de nuestras vidas, eróticas o no.
Depende de nuestra imaginación ver (y sentir, y más) cuán íntimos podemos llegar a ser con toda esta nueva tecnología.
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