Estamos en el 2021, pero para algunos ya es 2180 porque tienen el futuro al alcance de la mano con el porno de VR.
Seguro que ha oído la expresión «la realidad supera a la ficción». ¿O tal vez sea «la realidad es más extraña que la ficción»? En cualquier caso, la sensación es la misma para la mayoría de nosotros: la realidad suele ser más agradable que la mayoría de las cosas que podemos inventar. Tanto es así que parece que estamos constantemente tratando de encontrar la manera de convertir en realidad nuestras fantasías más íntimas y nuestras ficciones más placenteras. Hemos creado programas informáticos que nos permiten ver cómo quedaría nuestra habitación con una nueva silla sin salir de casa ni mover un mueble. Tomamos nuestros libros favoritos y los convertimos en películas y obras de teatro. Incluso hemos llegado a crear entornos completos e inmersivos que parecen lo suficientemente reales como para llamarlos realidad, aunque sólo sea en un mundo virtual.
«La realidad virtual lleva años avanzando en la industria, compitiendo constantemente por una mejor posición, y una forma más realista de disfrutar de nuestras fantasías más profundas». Así lo dicen los expertos de Porndoe, un sitio que atiende todo tipo de porno, incluyendo la VR. «La realidad virtual, o el porno en realidad virtual, es un género que sigue superando los límites. Es una realidad realmente emocionante para experimentar y explorar ahora mismo».
Hacer la realidad virtual más real a través del porno
Y por «realidad» nos referimos a la realidad virtual (más conocida como VR) y a la realidad aumentada (más conocida como RA). Ambos representan las últimas innovaciones en la forma de experimentar nuestra ficción favorita. La VR es un paisaje y un entorno totalmente digital con el que el usuario interactúa mediante diversos dispositivos, lo que permite trasladar sus movimientos directamente al espacio digital. La RA, por su parte, es una técnica que utiliza el entorno inmediato del usuario como telón de fondo y le inscribe digitalmente elementos virtuales. Cosas como muebles, personas u otros objetos interactivos.
Estos nuevos conceptos se aplican casi a la perfección a la pornografía. La industria del porno ha sido durante mucho tiempo un motor de innovación, especialmente en el sector tecnológico. Pero la RA y la VR porno ofrecen algo que la industria lleva tiempo reclamando: una experiencia inmersiva que permita a los usuarios disfrutar e interactuar de verdad con un determinado fetiche, sin tener que ponerse nunca en riesgo ni a ellos mismos ni a nadie. Explorar la sexualidad es una experiencia muy personal, que la VR complementa perfectamente. El porno en realidad virtual permite a los usuarios participar plenamente en sus fantasías más profundas a una fracción del coste o del esfuerzo que supondría hacerlo de otro modo. Mientras que la RA permite a los usuarios dar vida a sus fantasías favoritas en entornos con los que ya se sienten cómodos.
La pornografía no sólo busca proyectarse hacia el futuro, sino también crear una interacción con el usuario y añadir nuevos contenidos que, de alguna manera, eviten que el consumo de pornografía se vuelva monótono y aburrido. En sus inicios, la industria de la pornografía nunca podría haber imaginado que llegaría a donde está hoy. No sólo compartiendo contenidos eróticos -en todo el mundo, en diferentes formatos y presentaciones-, sino también siendo el representante de un sector empresarial tecnológico que sigue impulsando la innovación futura. El sexo vende. Eso es tan cierto hoy como hace 100 años, y será tan cierto dentro de 100 años.
La historia del porno en realidad virtual
La pornografía lleva intentando introducir en el mercado la VR desde el 2010, pero en ese momento la tecnología -y sus desarrolladores de móviles- era todavía demasiado rudimentaria como para que mereciera la pena el tiempo, el esfuerzo y el equipo necesarios para que la población en general interactuara con instalaciones de VR sólo para la pornografía. No fue hasta el 2016 cuando pudieron introducir realmente el nuevo mundo del porno en realidad virtual. Con el lanzamiento de nuevas secciones y sitios web, donde los usuarios pueden disfrutar de sus estrellas porno favoritas en vídeo de 360 grados, con la ayuda de un visor de VR. Creada originalmente por empresas como Facebook y Samsung, que decidieron dar los primeros pasos en la tecnología de VR. Más tarde se unieron a ellos más empresas, ayudando a perfeccionar y difundir la tecnología aplicable.
La industria quiere llevar esto un paso más allá, con algunas empresas diseñando juguetes sexuales sincronizados con películas pornográficas en realidad virtual, que se comportan en conjunto con lo que el espectador está experimentando en la pantalla. Así se crea una experiencia aún más lúcida y envolvente. Casi a diario aparecen nuevos dispositivos creados para mejorar y hacer más realista la experiencia, cada uno de los cuales trata de hacer avanzar la experiencia de una manera que sea a la vez agradable y asequible. Incluso los espectadores de VR han visto mejoras, con la incorporación de gafas con cancelación de ruido para completar la experiencia sin sonidos externos que distraigan. A través de este tipo de adiciones e innovaciones de hardware, la industria en su conjunto busca agudizar los sentidos y lograr así la «forma más realista» de experimentar el porno, al igual que los videojuegos y otras experiencias inmersivas.
Como se dice, la prueba del pudín está en el comer, y mientras el mundo de la realidad virtual sigue expandiéndose, la industria del porno es el sector más popular. Esto ha llevado a una mayor innovación, más capital y una mayor variedad de experiencias. Además, la interacción con el público y la adopción de la propia VR han florecido con la llegada de los sitios de porno en realidad virtual. Apenas tres meses después de la presentación de estas nuevas opciones de visionado, las búsquedas de porno de VR han aumentado en más de un 50%. Lo que nos lleva a preguntarnos si el futuro nos traerá un mundo virtual tan exitoso que la separación entre realidad y ficción será completamente innecesaria.
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